4. LA MONARQUÍA DE AMADEO I DE SABOYA (1870-1873)

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La Constitución de 1869 establecía como sistema de gobierno la Monarquía Parlamentaria. Sin embargo, en España no había monarca que ocupara el trono. Para solucionar esta situación se le encargó al general Prim la tarea de encontrar un rey que ocupara la vacante, pero debía de tratarse de alguien que respaldara los proyectos modernizadores del gobierno. Mientras, se estableció una regencia ocupada por el general Serrano.

La lista de aspirantes al trono fue muy amplia. En ella destacan personalidades como los generales Espartero y Prim, Leopold von Hohenzollern, el duque de Montpensier (Antonio de Orleans) Alfonso de Borbón (el hijo de Isabel II) y Amadeo de Saboya, duque de Aosta (hijo del rey de Italia Víctor Manuel II). Fue la candidatura de Amadeo la que logró imponerse finalmente, gracias al decidido apoyo de Prim y los demócratas. El nuevo monarca, de conocida tendencia liberal democrática, fue elegido por las Cortes en diciembre de 1870.

Días antes de que Amadeo de Saboya llegase a España para tomar posesión de su cargo, el general Prim, su principal valedor, fue asesinado. Perdía de este modo su principal apoyo y conexión con la realidad política española. El nuevo rey tuvo que hacer frente a una fuerte oposición: por un lado estaban los republicanos y gran parte de los sectores populares, reticentes al sistema monárquico; por otra parte estaban los ultraconservadores carlistas, partidarios de un trono en manos de Carlos VII, cuyas aspiraciones terminaron conduciendo al estallido de la III Guerra Carlista (1972-1873), que se concentró en la zona vasco-navarra y catalana.

Desde un principio había quedado descartada la restauración borbónica, ya que esta dinastía había constituido a lo largo del siglo XIX un freno para el desarrollo del liberalismo en España, y lo que se pretendía era encontrar un monarca comprometido con la causa liberal. Sin embargo, Cánovas del Castillo, líder de los moderados, comenzó a formar un partido alfonsino para defender los derechos sucesorios del hijo de Isabel II. Cánovas presentó a la monarquía borbónica como única garantía de estabilidad y orden frente a los desequilibrios y cambios generados como consecuencia de la instauración de un sistema democrático. 


Amadeo I reinó poco más de dos años, en un clima de constante inestabilidad política y social. Los principales problemas a los que tuvo que hacer frente fueron los siguientes:
  • Se desató la III Guerra Carlista, focalizada en la zona vasco-navarra y catalana.
  • Se había iniciado en Cuba la llamada Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878), dirigida por una élite criolla que reclamaba el sufragio universal, la liberación gradual de los esclavos y la independencia de Cuba. El gobierno de España intentó abolir la esclavitud y prometió emprender reformas políticas en la isla, aunque tuvo que hacer frente para ello a la oposición de los sectores con intereses económicos en Cuba.
  • Las clases obreras, influidas por los ideales internacionalistas, respaldaron insurrecciones en las que reclamaban un sistema republicano federal.

Finalmente, la coalición gubernamental formada por unionistas, demócratas y progresistas terminó desintegrándose, quedando el monarca sin apoyos políticos para hacer frente a la difícil situación en la que se encontraba el país. El 11 de febrero de 1873, Amadeo I, falto de todo apoyo, presentó su renuncia al trono. 


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