Filosofía de Nietzsche: superhombre

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La transvaloración moral y el ideal del superhombre


El superhombre deber superar el nihilismo para llegar a la transmutación de los valores que es la rehabilitación de los instintos.

Para explicar cómo surgirá el superhombre, Nietzsche propone tres metáforas: el camello, el león y el niño. El camello representa la aceptación de las cargas que nos asfixian (leyes, normas, costumbres, creencias…) las cuales se hacen cada vez más grandes. El camello no es creador, solo acepta su carga. Pero llega un momento en que se da cuenta de que la joroba lo hace ir muy lento y de que el desierto se cruza mejor sin cargas.

El camello se convierte en león. Este representa el “yo quiero”, aspira a la libertad; para ello, destruye todos los valores que lo limitan. A pesar de ello, se enfrenta al deber que viene representado por un dragón. En esa batalla, el león destruye al dragón. Una estela de cadáveres saluda al león.
Sin embargo, la fuerza del león no es suficiente para cambiar y crear una nueva vida. Para ello, se necesita al niño. El león lo destruye todo, pero no crea. La originalidad, la creación están en el niño. Este asume “el juego de crear” vida (crear nuevos valores).

La moral del superhombre sostiene que hacen falta hombres fuertes que sean capaces de destruir lo anterior, liberando al mundo a través de la transvaloración de todos los valores, lo que significa la transmutación de los valores de la moral del rebaño para salvar al mundo de su decadencia.

Siguiendo ésto, Nietzsche estableció una serie de jerarquía de valores en la que lo bueno será, siguiendo la transvaloración, todo lo que eleve la voluntad de poder y la vida; lo malo lo que proviene de la debilidad de la moral del rebaño. 


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