TEMA 9. El BIENIO REFORMISTA o PROGRESISTA (1931-1933)

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Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, vemos a Niceto Alcalá Zamora como presidente y a Manuel Azaña como jefe de gobierno de una coalición republicano-socialista. Las principales reformas que se ponen en marcha serán las siguientes. 
En primer lugar la reforma del ejército con el objetivo de crear un ejército profesional y democrático supeditado 
al poder civil. Las medidas fueron varias: se exigió a los militares fidelidad a la República y al ordenamiento constitucional; para reducir la "macrocefalia" ofreció el retiro a todos los jefes y oficiales que voluntariamente lo desearan, conservando íntegramente el sueldo  ; se clausuró la Academia General Militar de Zaragoza. Se unificaron escalafones y se suprimió el sistema de ascensos por méritos de guerra  ; se suprimió la mitad de las regiones militares y se eliminaron los grados de teniente general y capitán general. La reacción por una parte importante del ejército que calificó la obra de Azaña como "campaña de trituración del ejército" y provocó el levantamiento de Sanjurjo en agosto de 1932. 

Por otro lado estaba la cuestión religiosa. Los intentos de la República para limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la vida social quedaron plasmadas en la Constitución (separación de la Iglesia y el Estado, matrimonio civil, divorcio...). Otras medidas intentaban neutralizar el poder de la Iglesia, y su influencia social a través de la enseñanza, la cual se impidió a las órdenes religiosas. Las cartas del cardenal Segura contra la República, las alabanzas a la Monarquía y la creación de un Club Monárquico, provocaron el asalto al diario ABC y produjeron incendios de iglesias y conventos. El gobierno expulsó de España al cardenal Segura y al obispo de Vitoria. Todo esto provocó una actitud muy beligerante de la derecha  católica. 

El problema agrario era sumamente grave en un país predominantemente agrario. Se realizaron algunas reformas por parte del ministro de trabajo de UGT, Francisco Largo Caballero, para mejorar las condiciones de los campesinos: el decreto de Términos Municipales, la de Jurados Mixtos y la de Laboreo Forzoso por el que se obligaba a los patronos a contratar a jornaleros del propio término municipal y a cultivar las tierras; y se abordó con la Ley de Reforma Agraria y la creación del Instituto de Reforma Agraria (IRA), se expropiaron sin indemnización las tierras de los grandes de España y otras tierras adjudicadas al Estado, por razón de débito, herencia...   Los resultados prácticos fueron decepcionantes. Esto encrespó a la derecha terrateniente, que veía amenazadas sus posesiones y a los campesinos que se fueron radicalizando hacia posiciones extremas y revolucionarias (sucesos de Casas Viejas - Cádiz). 

 Para la configuración de un Estado que permitiera a las regiones con sentimientos nacionalistas tener una organización propia era una cuestión pendiente y un derecho reconocido por la Constitución de 1931 se puso en marcha la creación de los Estatutos de autonomía. En Cataluña, tras celebrarse previamente un plebiscito, el proyecto de Estatuto de Autonomía fue aprobado por las Cortes el 9 de septiembre de 1932. El régimen autonómico catalán contaba con un gobierno y un parlamento propios, con competencias en materias económicas, sociales, educativas y culturales, y se reconocía la cooficialidad del catalán. En el País Vasco el proceso autonómico siguió un camino diferente. El PNV, y los carlistas se reunieran en el Pacto de Estella (Navarra) El proyecto contó con la oposición de republicanos y de los socialistas por confesional y escasamente democrático  . En Galicía, Andalucía y otras zonas la conciencia nacionalista era menos acusada. Así el proceso estatutario fue mucho más lento y sus proyectos de estatuto no llegaron a ser aprobado por las Cortes debido al estallido de la guerra civil. 

 También se emprendieron diversas reformas sociolaborales. Largo Caballero propició una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales. Se aprobó la Ley de Contrato  de Trabajo y Jurados Mixtos, con poder de arbitraje vinculante. También promovió la creación de seguros sociales, se redujo la jornada laboral a 8 horas, vacaciones de 7 días anuales pagadas,... Todas estas medidas provocaron la irritación de las organizaciones patronales. 

Otra reforma importante fue la de la enseñanza, cuyo objetivo primordial era promover una educación liberal y laica y hacer del Estado el garante del derecho a la educación. Se crearon 10.000 nuevas escuelas, y se aumentó el presupuesto de educación en un 50%. Se crearon las Misiones Pedagógicas, encaminadas a difundir la cultura en las zonas rurales (bibliotecas, cine, ...). Los obispos se negaron a aceptar el cierre de los colegios religiosos e instaron a los padres a no matricular a sus hijos en las escuelas públicas.  

LA OPOSICIÓN AL GOBIERNO, tanto política como social fue intensa e importante. Por un lado nos 
encontramos con la reorganización de las derechas ante las reformas de Azaña. A finales de 1932 se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), dirigidos por José María Gil Robles. Los alfonsinos fundaron Renovación Española, liderados por Calvo Sotelo. Los carlistas se agrupaban en la Comunión Tradicionalista y grupúsculos de corte nacionalsocialista y fascista crearon en 1931 las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), unidas más adelante a Falange Española, dirigidos por José Antonio Primo de Rivera. Algunos sectores del ejército como el del general Sanjurjo protagonizaron un golpe de Estado en el 32, "la sanjurjada", con la pretensión de forzar el viraje de la República a la derecha, pero fracasó estrepitosamente. 

 Al mismo tiempo asistimos a una intensa conflictividad social. Los conflictos sociales fueron continuos desde la proclamación de la República. La petición de reformas más profundas por las organizaciones de izquierda, especialmente la anarquista CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y el PCE (Partido Comunista de España), arraigaron en el campo extremeño y andaluz, en las cuencas mineras de Asturias y en las zonas industriales de Cataluña. Los acontecimientos de Castilblanco, Arnedo y Alto Llobregat, en 1932, produjeron una decena de muertos y ocasionaron la deportación a Guinea de 104 anarquistas. Estas revueltas campesinas consistían en tomar el ayuntamiento, quemar el registro de la propiedad, ocupar fincas y colectivizar la propiedad, con la declaración del comunismo libertario. Los acontecimientos en el pueblo gaditano de Casas Viejas del 10 al 12 de enero del 33 Doc. 11, cuya responsabilidad política recaía plenamente en el Gobierno dejaron herido de muerte al Bienio Reformista. En estas condiciones Azaña dimitió y el presidente de la República disolvió las Cortes, y convocó elecciones para noviembre de 1933. 



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