Se basa en la conservación tanto de la
masa como de la carga (los electrones que se pierden en la oxidación son los
mismos que los que se ganan en la reducción).
Se trata de escribir las dos
semirreacciones que tienen lugar y después igualar el nº de e– de
ambas, para que al sumarlas los electrones desaparezcan.
Etapas en el ajuste redox
Ejemplo:
Zn + AgNO3 → Zn(NO3)2
+ Ag
Primera:
Identificar los átomos que cambian su E.O.
Zn(0) →
Zn(+2); Ag (+1) →
Ag (0)
Segunda: Escribir semirreacciones con moléculas o iones que existan realmente en
disolución ajustando el nº de átomos: (Zn, Ag+, NO3–,
Zn2+, Ag)
Oxidación: Zn →
Zn2+ + 2e–
Reducción: Ag+ + 1e– → Ag
Tercera: Ajustar el nº de electrones de forma
que al sumar las dos semirreacciones, éstos desaparezcan.
En el ejemplo se consigue multiplicando la segunda
semirreacción por 2.
Oxidación: Zn → Zn2+ + 2e–
Reducción: 2Ag+ + 2e–
→ 2Ag
R. global: Zn
+ 2Ag+ + 2e– →
Zn2+ + 2Ag + 2e–
Cuarta: Escribir la reacción química completa
utilizando los coeficientes hallados y añadiendo las moléculas o iones que no
intervienen directamente en la reacción redox (en el el ejemplo, el ion NO3–)
y comprobando que toda la reacción queda ajustada:
Zn + 2 AgNO3 →
Zn(NO3)2 + 2 Ag
Si
la reacción se produce en disolución acuosa, aparecen iones poliatómicos con O
(ej SO42–), y el ajuste se complica pues aparecen también
iones H+, OH– así
como moléculas de H2O.
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