TEMA 7. LAS CONSECUENCIAS DEL DESASTRE

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Las consecuencias del desastre del 98 podemos estudiarlas en varios niveles. En primer lugar a nivel territorial, España cedió a USA, Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y la isla Guam de las Marianas, en concepto de indemnización de guerra. Las pocas posesiones asiáticas que le quedaban (las Palaos, Carolinas y Marianas) terminó vendiéndolas a Alemania en 1899. En noviembre de 1900 por un Tratado hispano-norteamericano las islas  Sibutú y Cagayán de Joló fueron vendidas a USA por 100.000 dólares. España quedaba no sólo marginada del reparto colonial internacional, sino que perdía todas sus posesiones. 

Cuba, devastada, arruinada y hambrienta sólo cambió de amo. Estados Unidos, la convirtió en su protectorado, ocupándola militarmente entre 1899 y 1902. La isla, obtenía la independencia política aunque mediatizada por la injerencia de EE.UU. Filipinas inició una durísima guerra de independencia contra EEUU que terminó en 1913 (murieron entre 200.000 y 1.000.000 muertos) consiguiendo su independencia en 1946 tras la II Guerra Mundial. Para Estados Unidos, 1898 marca el inicio de una etapa imperialista. Dueños del Caribe, aplicaron la "diplomacia del dólar" en toda América Latina y el intervencionismo a escala mundial (Primera Guerra Mundial). 

Para  España entre las consecuencias señalar en primer lugar las pérdidas humanas: unos 60.000 soldados españoles perdieron la vida y los perjuicios psicológicos también fueron importantes, los soldados que retornaron heridos fueron pésimamente atendidos, muriendo de hambre,  mutilados o tarados por la guerra. El pueblo español vivió la derrota como un trauma nacional, extendiéndose sentimientos de inferioridad, impotencia, desmoralización de un país consciente de su debilidad y de lo inútil del sacrificio. La incertidumbre alcanzó incluso a la prensa de la época, que llegó a temer un ataque y ocupación de las Islas Canarias. 

Las pérdidas materiales fueron importantes ya que la derrota supuso la pérdida de los ingresos procedentes de las colonias, así como de los mercados privilegiados que éstas suponían y de las mercancías que, como el azúcar, el cacao o el café deberían comprarse en adelante a precios internacionales, aunque estas pérdidas no fueron tan elevadas por la repatriación de capitales de la burguesía que regresó a España. 



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