La derrota de la escuadra española casi sin combate, la superioridad norteamericana y la rapidez con que se cedió el resto del imperio al enemigo causaron una gran impresión en España en todos los sectores sociales. Cuando EEUU emite el ultimátum en España se produce una explosión de patriotismo, alentado por la prensa; pero tras la rápida derrota, a las preocupaciones de los industriales y exportadores vinculados con Cuba y Filipinas, se unen el pesimismo y malestar del ejército, y en muchos grupos populares surge la sensación de haber sido traicionados y engañados "por no saben quién". Algunos sectores de la clase media, pensadores y políticos se plantean por qué ha ocurrido la desgracia. La crisis del 98 para España, más que política o económica fue una crisis moral e ideológica, tan profunda y amplia que hizo tambalearse al sistema de la Restauración. A partir de aquí, los nacionalismos comienzan a expandirse, el movimiento obrero y el republicanismo se radicalizan, dando comienzo un renacimiento del militarismo (el ejército derrotado paso a considerarse garante de la unidad nacional amenazada por los nacionalismos, y de la paz social rota por el movimiento obrero) y la críticas al sistema canovista se generalizaron (sobre todo al partido Liberal al que le había tocado gestionar la derrota). Muchos historiadores opinan que el 98 marca el fin de un siglo y una época y el comienzo de otra, ya que en el 98 sitúan el inicio de la crisis de la Restauración. Esta crisis tendría su continuidad en la Semana Trágica, la triple crisis del 17 y el desastre de Annual, desembocando en la dictadura de Primo de Rivera.
De la derrota surgía una nueva idea y un nuevo impulso: LA MODERNIZACIÓN DE ESPAÑA, ya que para todos la causa fundamental del desastre estaba en nuestro retraso con respecto a los países del entorno. En este contexto, se instaló en España el denominado movimiento regeneracionista. Se puede definir el regeneracionismo como un movimiento ideológico que hace responsable a la Restauración de todos los males de España y considera necesaria una modernización política, económica y social, modernización que vendría europeizando a España. El Regeneracionismo tiene sus precedentes en los arbitristas del siglo XVII y los ilustrados del siglo XVIII, que como ellos se basan en un análisis pesimista y crítico de la situación de España y la necesidad de un cambio, de una regeneración.
La derrota del 98 sumió a la sociedad en un estado de desencanto y frustración, que se correspondía con la tétrica imagen ante el exterior. La crisis colonial favoreció la aparición de movimientos que criticaron el sistema de la Restauración, y que coincidían con un ambiente cultural internacional de crisis ideológica. Tras el 98 surgieron una serie de movimientos regeneracionistas, que contaron con cierto respaldo de las clases medias.
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