La Revolución Francesa de 1789 significó la aparición de los principios políticos liberales en Europa, todo lo que suponía el desmantelamiento de los pilares fundamentales del Antiguo Régimen.
Los primeros sucesos revolucionarios coinciden con los comienzos del reinado de Carlos IV y se toman medidas para impedir que penetre cualquier tipo de información revolucionaria.
Posteriormente, toma el poder el valido Manuel Godoy. La muerte de Luis XVI (Francia) en la guillotina en 1793 provoca la declaración de la guerra al gobierno revolucionario francés. Hubo que firmar la Paz de Basilea (1795). Se produce un cambio en la política de Godoy que lleva a firmar el Tratado de San Ildefonso (1796) (continuación de los Pactos de Familia).
Con la llegada de Napoleón (1799) España se ve obligada a intervenir contra Inglaterra, lo que llevó a la Guerra de las Naranjas que concluyó con el Tratado de Badajoz (1801).
El proyecto de Napoleón será invadir Inglaterra. La flota franco-española fue derrotada en la Batalla de Trafalgar (octubre de 1805). Napoleón inicia un bloqueo continental contra Gran Bretaña pero se encuentra con la oposición de Portugal, por lo que Napoleón recurre a Godoy. Por el Tratado de Fontaineblau (Oct. 1808) España deja pasar tropas francesas hacia Portugal. Los ejércitos franceses a su vez van ocupando plazas españolas. Con el apoyo del príncipe Fernando, se produjo el Motín de Aranjuez (18 marzo 1808) que provoca el encarcelamiento de Godoy y la abolición de Carlos IV. La corona pasa a Fernando.
Napoleón convoca la entrevista en Bayona y con las aboliciones de Fernando y Carlos IV, nombra rey a su hermano José. Estas aboliciones de Bayona deberían haberse realizado con el consentimiento de las cortes.
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